Un hospital metropolitano puso en práctica protocolos rigurosos para reducir el número de lesiones con jeringas. Estas lesiones pueden ocurrir cuando los profesionales médicos extraen sangre, administran medicamentos o se deshacen de las agujas usadas. Para monitorear la efectividad de los nuevos protocolos, el personal del hospital registra la fecha y hora de cada lesión con jeringa.
El personal crea una gráfica T para monitorear la tasa de punzadas de aguja.
Un punto no pasó la Prueba 2 (9 puntos consecutivos en el mismo lado de la línea central). La tasa de punzadas de aguja fue menor de lo esperado durante este tiempo.